SAN SOLTERÍN, CÓMO SUPERAR UNA RUPTURA AMOROSA

A medida que se ven en nuestra sociedad más rupturas de pareja, nos preguntamos si eso podría ocurrirnos también a nosotros. Las relaciones afectivas, en la cúspide del amor y el romance, no desean otra cosa que una felicidad plena y eterna. 

Por cierto, amar y ser amado están entre las experiencias más bonitas que pueden tener las personas. Agreguemos la intimidad, compañerismo, respeto, comprensión, aceptación, apoyo, consuelo, soporte cuando estamos de bajón y el poder de compartir lo bueno. Sumemos la satisfacción de tener hijos, de construir juntos una familia, un proyecto de vida.  Y por supuesto sin subestimar, la gratificación sexual. Pensamos a menudo- por lo menos en los inicios- que nuestra relación es diferente y que ese profundo amor y optimismo la nutrirá para siempre. Pero también, tarde o temprano, puede que aparezcan los problemas y conflictos. Acumulándose de forma paulatina, nos hacemos conscientes de estos malestares, frustraciones y daños que se producen, sin saber a menudo donde radica el problema. Tras una serie de desilusiones, comunicación pobre y malentendidos, es posible que lleguemos a la conclusión que con el amor no basta y tomemos la decisión de romper el matrimonio o el noviazgo. 

 

Cualquier ruptura afectiva va a doler. Porque detrás de esta pérdida, hay un duelo, hay un “Adiós” a muchas cosas, y eso si o si, antes o más tarde, va a dejar una huella en nosotros. Con frecuencia, en la práctica clínica, las personas que buscan ayuda profesional, hacen la pregunta: ¿cómo puedo superarlo?, ¿cómo puedo llenar el vacío de quien fue tan importante para mí? El objetivo es comprender que no se trata de olvidar, como si de una amnesia profunda se tratase, o de tapar un “agujero” con un simple corcho. Está claro que no existe una tecla mágica para saltar todas las fases del duelo y pasar página de forma inmediata. Se trata de algo más profundo, de integrar la pérdida, de avanzar y de recordarlo sin dolor. Es fundamental liberarnos de este malestar, desvincularnos y despegarnos emocionalmente, para así, aceptar y superar la ruptura. El tiempo ayuda, es cierto, pero hay que ayudarle también al tiempo. Necesitamos recuperar la ilusión, los sueños, las ganas, la pasión y el entusiasmo. Nos hace falta preparar el kit de supervivencia, unos recursos de afrontamiento en un momento tan delicado, de reconstrucción tras una separación. Necesitamos unas herramientas para construir un nuevo estilo de vida y de relaciones sociales más saludables, un plan B, una nueva aventura, nuevas costumbres, una nueva versión de nosotros.

Para ello, os presento este Manual de Primeros Auxilios para la ruptura amorosa:

  1. El bloqueo inicial es normal, vivirlo como si eso no fuera contigo. También el típico “No me lo creo”. Esta sensación extraña dura un tiempo limitado, luego lo puedes sentir más fuerte y muy probable que ese desamor te genere sufrimiento, pero después, tal vez no te producirá ni la más mínima lágrima. Simplemente date tiempo y sé más amable contigo mismo.

  2. No mires a la ruptura como un fracaso personal. Eres mucho más que esa relación que dejó de funcionar, sigues siendo una amiga, un compañero de trabajo, un hijo,…No te martirices todo el tiempo, es importante asumir solo la parte que te corresponde. No te castigues, no magnifiques tus faltas o errores. Basta con reflexionar sobre cuánta responsabilidad crees haber tenido en esta ruptura. Piénsalo bien y en profundidad. 

  3. Reflexiona sobre lo ocurrido, sobre la decisión tomada, si aún tienes dudas, míralo con lupa, por ejemplo, en forma de lista o de tabla, destacando tanto lo bueno, como lo que te disgustó. Quédate con lo esencial, con el legado que te ha dejado esa pareja. Trabaja la rabia, el resentimiento y la culpa, ya que dificultan la elaboración de duelo afectivo. 

  4. Fortalece tu independencia y autonomía. Cuida de tu “jardín”, tu espacio, tu parcela, cuanto más personal, más tuyo, mejor. Sigue con “tus actividades”, “tus amistades”, mantén activos “tus gustos”. En el amor no se trata de restar y depender absolutamente en todo, se trata de sumar, crecer y compartir.

  5. ¿A rey muerto, rey puesto?, ¿Un clavo quita otro clavo? Cuidado con las relaciones “puente”, con las venganzas tipo “ojo por ojo”, “amores añejos” y “fantasmas del pasado”. Estás más vulnerable, tu fragilidad está en niveles muy elevados, y la impaciencia de sustituir lo perdido, también. Estos nuevos vínculos analgésicos calman transitoriamente el dolor pero no resuelven el problema. Recuerda, que solo cuando estés libre y hayas superado la ruptura podrás construir una nueva relación afectiva y saludable.

  6. Los perdones, cortes, reinicios, las idas y vueltas pueden ser agotadoras y pueden dificultar y hacer que tu duelo se vuelva más complicado. Pon límites a estas actitudes indecisas. Identifica y respeta tus “red flags”. Esas banderas rojas que no pueden ser traspasadas de cara a tus futuras relaciones. Pero por supuesto, existen las segundas oportunidades que pueden tener éxito siempre y cuando se las analice bien y se evalúe en profundidad.

  7. Si no hay vuelta atrás, entonces nada de espionaje, ni juegos al estilo “agente de la CIA”, ni magia, ni pócimas, tampoco llamadas por equivocación y cosas por el estilo. No le sigas obsesivamente en las redes sociales y no compruebas si está conectado a las tantas de la madrugada. Si compartís los mismos amigos, no les interrogues, que no sea vuestro monotema. Te puede resultar más fácil superar ese desamor si te alejarás física y mentalmente, es decir, por completo y de forma definitiva. 

  8. No te compares con sus nuevas parejas, que tu ex pareja se enamore de nuevas personas no significa que a ti no te quisiese. Lo vuestro se acabó y por eso permítete y permítele rehacer su vida, aunque duela y sufras. Procura desprenderte de cosas que le pertenecen, “separación de bienes materiales” (de ese peluche, de esa pulsera, o de ese coche,…) no hay nada mejor que poner las cosas en su lugar, no te hace falta estos “vínculos simbólicos”. 

  9. Llora si lo necesitas, a solas o acompañado, eso te puede ayudar a liberar la tensión y el malestar. No abuses de noches a lo “Bridget Jones”: pelis románticas, música, helados extragrandes, borracheras,…Solo activarán los recuerdos emocionales, los sesgarán y potenciarás más tu tristeza. Desengánchate de hábitos poco saludables y engánchate a la vida de nuevo, cuidándote de forma más especial y con más mimo que nunca. 

  10. Identifica y selecciona tus “personas de café” para tratar los temas más íntimos y emocionales, esas persona que son tu “tierra firme”, que te drenan de energía, dispuestas a ayudarte desinteresadamente. También, cuenta con “personas de caña” para momentos de diversión y distracción. Evita amistades tóxicas, estas que echan sal a tus heridas. Esos “pseudoamigos” solo te pueden contaminar, dañar tu salud mental y frenar tu recuperación. Son justo los que te hablan de tu ex una y otra vez, los que te critican, los que te echan la culpa de lo ocurrido, los que te recuerdan lo dura que es la soledad y los que te dicen que les debes una porque ahora están a tu lado. La regla de oro es relacionarse con quien respete y valide tus emociones.

  11. No a mensajes de autorreproche, despectivos, no te hables mal y no te trates mal. Somos frágiles tanto física como psicologicamente y por eso cuídate como si de una porcelana valiosa se tratase. Sí, a comentarios constructivos, aprende a decir No, confía un poquito más en tus posibilidades. Levanta la cabeza, saca pecho, estírate, coge el aire, grita si te hace falta. Premíate verbalmente y materialmente, invierte en ti, échate tu fragancia favorita, ponte guapa/o por fuera, sal, curiosea, mueve tu cuerpo, actívate, siéntete especial. 

  12. Despídete de tu ex de forma simbólica para así quedarte en paz y para poder cerrar ese capítulo de tu vida. Está bien dejar atrás las relaciones que no tienen futuro. Se trata de un ritual que puede ser público o privado, pequeño o grande, según te apetezca. Una carta, una poesía, una canción, un dibujo, una caja de recuerdos, una fiesta o un simple “Adiós y hasta nunca”.

 

Estos son los tips para superar una ruptura de pareja. Y tú ¿añadirías alguno más? Espero que os haya resultado interesante y os ayude a todas aquellas personas que estáis pasando por un momento tan duro.