AGORAFOBIA: MIEDO A ESTAR FUERA DE CASA

 

Agorafobia se puede definir como un miedo y evitación de lugares públicos, pero también a estar fuera de casa. Se basa especialmente en la experimentación de altos niveles de ansiedad o ataques de pánico. Agorafobia, aun no siendo el trastorno de ansiedad más frecuente en la población general, sí lo es en la clínica (la mitad de personas que solicitan el tratamiento son agarofóbicos).

La APA (American Psychiatric Association, 1994), define la agorafobia en DSM-IV como el miedo a estar en los lugares públicos o situaciones de los cuales pueda ser difícil o embarazoso escapar, o en las cuales pueda no disponerse de ayuda en el caso de tener un ataque de pánico o síntomas similares a los de pánico. Como consecuencia de este miedo, la persona evita las situaciones temidas, las soporta con gran ansiedad o necesita ser acompañada.

Puede distinguirse varios componentes en la agorafobia:

-          Evitación de situaciones temidas

-          Temor en las mismas (ansiedad fóbica)

-          Ansiedad anticipatoria (preocupación por ansiedad/pánico, expectativas de ansiedad pánico o peligro)

-          Miedo al miedo (miedo a reacciones somáticas, cogniciones catastróficas)* 

-          Ataques de pánico o síntomas similares a los de pánico (mareo, vomito, molestias cardiacas, pérdida de control de esfínteres, despersonalización, desrealización)

Ejemplos:

Piernas inseguras, poco firmes; tensión, dolor o malestar en el estómago, nudo en el estómago o en la garganta, debilidad, visión borrosa, rigidez, tensión o dolor muscular.

*Este miedo surge en las situaciones externas, pero también se puede dar en otras situaciones como consecuencia del calor, hambre, actividad enérgica, pensamientos perturbadores u otros factores que produzcan actividad fisiológica.

Ejemplos: 

Desmayarse, morir, vomitar, ahogarse, volverse loco, tener hemorragia o tumor cerebral, perder el control, quedarse paralizado,hablar raro, orinarse,ser inacpaz llegar a casa, etc.

Aparte miedo al miedo tienen que ver con las cogniciones que pueden tener las consecuencias dañinas o catastróficas de tipo físico.

Ejemplos: 

Hay distintos ejemplos de situaciones temidas y evitadas en la agorafobia, por ejemplo: cines, supermercados, museos, aparcamientos, restaurantes, lugares cerrados (garajes, túneles), lugares abiertos (campos, patios) o grandes habitaciones, vestíbulos, viajar en autobús, trenes, barcos, aviones, metros o viajar en coche por las autopistas. Incluso las personas agorafobias demuestran sentir elevado nivel de ansiedad cruzando los puentes, hacer colas, andar por la calle, quedarse solo en casa, estar lejos de casa. Existe una gran idiosincrasia en el número y tipo de situaciones temidas y evitadas y en la severidad del temor y evidencia (López, 2000).

Existen datos que demuestran que casi todos los agorafóbicos que buscan el tratamiento han pasado por los ataques de pánico. El ataque de pánico está considerado como un periodo discreto de intenso miedo, aprensión, malestar que va acompañado con sensaciones de peligro o catástrofe inminente y de un impulso a escapar, y durante el cual,  cuatro de trece síntomas presentados en el criterio diagnóstico para agorafobia están presentes y alcanzan al menos 10 minutos.

Interesante saber, que los problemas agorafóbicos pueden fluctuar marcadamente, incluso un día a otro, y puede haber remisiones generalmente parciales, y recaídas de distinta duración. Cabe señalar, que una recuperación sin tratamiento está casi imposible. Las fluctuaciones de agorafobia se deben a múltiples causas (compañía de una persona, animal u objeto en quien se confía, la cercanía a un lugar o zona de seguridad (hospital),la ocurrencia de eventos estresantes, las preocupaciones, la fatiga, las enfermedades, el estado emocional (el enfado puede reducir la conducta, mientras que la depresión puede aumentarla), cambios hormonales, la toma de alcohol, fármacos, drogas, el tiempo atmosférico, luz, o propia percepción que tenga el sujeto hacia la probabilidad de sufrir una ansiedad severa o un ataque de pánico en un día o un momento dado (Chambless, 1985; Foa y cols., 1984; Waring, 1989).

Según los autorregistros diarios, la frecuencia media semanal de los ataques de pánico en los agorafóbicos es de alrededor de 7 y el numero de síntomas por ataque, 4. La mayoría de ataques de pánico suelen durar menos de 30 minutos, aunque un 15% de los mismos puede durar una hora o más (López, 2000).

Resumiendo, la agorafobia es más común entre las personas que buscan el tratamiento. Los agorafóbicos constituyen alrededor de 50-60 por 100 de todos fóbicos vistos en la práctica clínica. Los tratamientos de la agorafobia que cuenten con mayor evidencia sobre su eficacia son las intervenciones conductuales basadas en la exposición y/o autoexposición en vivo a las situaciones temidas. Aparte, se desarrolla una serie de estrategias de afrontamiento, tales como la relajación aplicada, respiración controlada, técnica vagal, entrenamiento autoinstruccional.

Autor del texto: Aldona Ziaja